Archive for abril 2011

"Informantes de a 10 S.A."


.

Es usual ver en los paraderos o esquinas de las calles a personas que gritan números o términos que es poco probable que entendamos pero que a los conductores y cobradores de las líneas que utilizamos podrían producirles cambios de ánimo y de acelerar el nivel velocidad increíblemente.


Cuadro de números de los "dateros"

Estos son los orientadores de tránsito, o denominados coloquialmente “dateros”. Se encargan principalmente de informar a las líneas de cuánto tiempo se llevan con el carro anterior, cantidad de personas, la ruta completa que seguirá y otros detalles propios de transitar en las calles limeñas como operativos policiales o calles cerradas. ¿Cuánto les pagan por segundos de información? De 0.10 a 0.20 céntimos, dependiendo de qué tipo de información brinden.

Es sabido que todas las unidades salen con una frecuencia determinada de paradero a paradero, los dateros informarán cuánto tiempo van, les falta o deben esperar para cumplir dicho horario, y aquí viene un aspecto negativo de estos informes, que como muchos hemos apreciado ocasionan el “correteo” entre líneas o que acelere pudiendo crear así un accidente o traer consigo malas consecuencias.
Es así como caminando por mi clásica ruta hacia la universidad, que por cierto es más de tres cuadras, encontré a Iván Gómez, o conocido en el mundo de las combis y líneas de tránsito como “Shaggy”. Mi primera impresión es de un joven, porque tiene 32 años, de buena vibra, atento y servicial. Es así como decidí acercarme y abordarlo con mis dudas sobre este oficio. Él atentamente me responde que me ayudaría pero que no quería malograr mi material debido a que tendría que correr entre grabación y toma de foto para dar los detalles de los tiempos a las líneas que pasen entre los diferentes estados del semáforo de la intersección entre la Avenida Los Tallanes con la Avenida Ayacucho en Santiago de Surco.
Me cuenta, entre otras cosas, que es soltero y que vive con sus dos padres y una hermana menor en el distrito de Villa María. Llega a su punto de trabajo los días sábados y domingos a las 7:00 am. (los demás días lo cubren otros dateros). Al preguntarle el por qué no trabaja toda la semana me respondió: “No, tenemos que respetar los acuerdos entre nosotros”. Y es que en este distrito hace masomenos cinco años existía un padrón de todos los dateros que llegaron a ser alrededor de 300, pero que a la fecha ya se perdió la cuenta de cuantos son, así como las zonas en las que trabajan y con qué líneas lo realizan.
Al preguntarle, imprudentemente tal vez, qué pensaba sobre dar tiempos y crear correteos entre los carros, así como también promover a que cometan algunas faltas de tránsito me respondió tranquilamente: “Sé que se corre un riesgo pero… es mi trabajo ¿no?, así como el de ellos… el tiempo que les doy los ayuda a tener más pasajeros o evitar el tráfico… todo lo que me dices tiene una raíz y es que no ordenan el tránsito en todo Lima… sé también que si todo se regulariza los dateros perderíamos nuestra chamba, pero es una con otra…”.
Sorprendida ante su sinceridad y buen humor le pregunté si esto era rentable para él, pero me di cuenta que su expresión cambió automáticamente, creo que trató de encubrir la realidad de su ganancia… Me dijo que eran de 40 a 50 soles diarios pero por otras fuentes sé que con suerte, en esa zona, se gana 30 soles. Me despido de él, después de grabarlo y haberle tomado fotos agradeciéndole… él, antes de irme me dice: “¿Necesitas más?, tengo un amigo en Panamá, se queda hasta las 9:00pm”. Y me retiré dejándolo tomando una Coca Cola de 1 litro y medio con un niño que vendía caramelos en los carros.

"Shaggy" nos abandona para tomarse un descanso acompañado de un
niño vendedor de caramelos y de una gaseosa helada


Fui en búsqueda de su amigo hacía República de Panamá y Benavides. Grande fue mi sorpresa cuando lo confundí con un niño que paseaba por la zona, y es que Mario Alcázar no pasa los 16 años y aún cursa el 5to año de secundaria en un colegio en San Juan de Miraflores. Él se niega al principio a ser grabado pero con una promesa de no molestarlo ni interrumpirlo acepta, creo que no le quedaba de otra al verme con cámara en mano. Su hoja de registro tiene siete columnas de apretujados numeritos que él entiende al vuelo. "Yo anoto los datos que presenta el carro en la parte trasera, y controlo la cantidad de minutos que están por adelante una combi de su ruta o de su empresa". Mientras pasa una “S” y él grita “4-3-1”. Su seriedad es de científico, pero también de comerciante porque ese mismo dato lo vende una y otra vez a los micros que pasan.

 
Mario Alcázar, 16 años, datero desde hace uno.

Le pregunto sobre su familia… él no quiere hablar mucho. Me dice que vive en Ciudad de Dios y que quiere estudiar: “Este es un trabajo de fines de semana, si quiero vengo, sino no… depende de mí”. Además m cuenta que tiene una hermana mayor ya independiente y uno menor que aún vive con ellos. Esta vez me sorprendo aún más con la suma que recibe por día: “Masomenos saco 100 soles, depende… un sábado de 7 a 9 es fijo ganancia”. Miré a mi amigo pensando que esa zona es más rentable, y es que la municipalidad de Miraflores brinda facilidades a los dateros de su jurisdicción, así como empadronamientos y facilidades a atención de salud. Sin embargo, no creo que Mario goce de estos beneficios… es menor de edad y aún no llega a los 17 años. Me despido de él dándole las gracias a lo que él me dice: “ Oe’, ¿esto no va a salir en la tele no?”. Y le respondo que no se preocupe, que es para un trabajo universitario.
 
"Marito" en plena faena un sábado por la noche.
 
Palabras como “planchao’, “sopa”, “correteo’ y diversos números son las más utilizadas por los dateros, así como también se valen de carpetas con números diminutos y en algunos casos, no solo dicen la información, sino que también se la dan al conductor ó chofer en los boletos que amablemente les facilitan algunas líneas.

Datero, orientador de tránsito, corredor, entre otros… un oficio urbano prácticamente nuevo, una excusa más para agenciarse ingresos económicos, en fin, otra estrategia entre las tantas que hemos desarrollado como sociedad. Curioso personaje cuya labor no es comprendida en su verdadera dimensión por quienes hacemos uso del transporte público, pero que, gracias a ella, el sistema se mantiene dinámico y además nos hace partícipes de una serie de situaciones propias del mencionado sistema, como ya es tradición en nuestro país: para bien o para mal.


10 centavos de sol, moneda recibida por cada dato brindado
a las unidades de transporte público.