¿Volviendo a casa...?


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Este post va dirigido a los jóvenes como yo, que constantemente nos movilizamos en las combis en cualquier momento, inclusive después de una típica reunión con nuestros amigos de la universidad (OJO! Hago la aclaración porque si eres aún colegial, lamentablemente no estás en edad de beber, en realidad está permitido a mayores de 18 años pero si eres universitario, estás apto a todo…).

Shots de tragos exóticos (Bar ecológico Trapiche- Barranco).

Les contaré la historia de una amiga del jueves pasado, que por cosas del destino (terminaron su clase temprano) y por motivos del cumpleaños de otra compañera decidieron tomar unas “latitas” y andar por ahí a hacer hora. Grande fue la sorpresa cuando pasaron 4 horas y ya se encontraban tomando la tercera chata de ron, para que el alcohol suba más rápido, y así poder desinhibirse más.
En fin, eran las 10 de la noche y ya era hora de regresar a casa, como normalmente saldrían de clases y Mariana (llamémosla así) toma su carro por toda la Javier Prado. Estaba ebria, el carro casi vacío y con poco dinero.
"Pago medio" gritó, un poco acelerada. El cobrador respondió: "Son más de las 10 señorita" y empezó la tercera guerra mundial, que por caballerosidad, Mariana ganó, ahorrándose así 50 céntimos, que le servirían para tomar el segundo carro a su casa.
Bajó en el paradero adecuado, no sabemos hasta ahora cómo, y se drigió a cruzar la pista hacia el paradero del otro carro, que lamentablemente su ruta estaba cerrada y se desvió, causando confusión, más de la que el alcohol había logrado en ella, y ganas de bajarse en pleno camino y pista.
Llegó sana y salva a su casa a las 11 y 30 de la noche, con mil chicles en la boca y dirigiéndose de frente a su cuarto, cuestión que sus padres no se darían cuenta, más no contó que el estar encerrada en su cuarto, albergaría todo el olor emanado por el "discreto" ron que tomó la noche de ayer...

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